Estos meses de confinamientos intermitentes debido a la Covid-19, con mucha gente teletrabajando desde su casa y con las escuelas, institutos y universidades cerrados, hemos tenido que cambiar nuestra forma de trabajar, estudiar y relacionarnos. Internet y la tecnología han sido la manera de continuar con una cierta normalidad. Sin embargo, hemos vuelto a oír a menudo un concepto que suena antiguo, pero que está de rabiosa actualidad: la brecha digital. Esta brecha, o fractura digital (que sería un sinónimo), es la desigualdad digital que afecta a escuelas, alumnos, padres, empresas, trabajadores y maestros. Pero, ¿qué es la brecha digital exactamente? ¿Cuántas brechas digitales hay?
¿Qué es la brecha digital?

Se entiende como brecha digital, fractura digital, desigualdad digital o exclusión digital a las desigualdades sociales entre los que pueden aprovechar las oportunidades de la sociedad digital actual y los que no pueden.
Si de las oportunidades de Internet y las TIC solamente se benefician quienes por su situación socioeconómica tienen más facilidades para acceder a estas tecnologías, aumentará la fractura social, la brecha digital.
En los años 90 del siglo pasado, se hizo popular hablar de brecha digital y se refería a desigualdades generalizadas en el acceso a Internet y a la tecnología en grupos de minorías étnicas o inmigrantes, personas mayores, colectivos sin recursos económicos y habitantes de áreas rurales sin infraestructura de acceso a Internet. En los años 90 había mucha gente sin posibilidad de acceso a Internet. El problema era acceso si o acceso no. Esto ha cambiado y la definición de lo que es la brecha digital o fractura digital va más allá y ahora hablamos de otras brechas digitales.
¿Qué es la brecha digital? La brecha digital o fractura digital no es (solo) un problema de acceso a Internet
El Visitante Digital
No es (solo) un problema de acceso a Internet
Mucha gente, quizás tú, sigue pensando en el acceso cuando le preguntan qué es la brecha digital. La verdad es que en los últimos 15 años esto ha cambiado, al menos en el mundo occidental y desarrollado. (En muchas partes del mundo continúa siendo así: según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, tan solo un 51% de la población mundial está conectado a Internet: más del 85% en las regiones desarrolladas, pero menos del 40% en regiones más pobres).
Actualmente, España es el país con más smartphones por habitante del mundo (1,16 móviles por habitante). En 2020, según estudio de Hootsuite, el 91% de la población española es usuaria de Internet, el 94% tienen teléfono inteligente y el 85% ordenador. Si hablamos de infraestructuras, el 99,5% de la población española puede conectarse a la banda ancha móvil 4G y el 81% puede acceder a Internet a una velocidad superior a los 100 Mbps.
Parece ser que el problema principal de la brecha digital en España no sería la imposibilidad de acceso… Entonces, ¿Qué es la brecha digital hoy en día? Veremos que tiene más que ver con el uso que se hace o no se hace de las posibilidades de Internet.
Datos sobre desigualdades socioeconómicas en España
Antes de ver cómo clasificamos la brecha digital en la actualidad, vale la pena poner algunos datos en los efectos que contribuyen a esta fractura digital centrando en el caso de España. Los datos son del informe de La Brecha Digital en España 2019 de la UGT y explican por qué 4,4 millones de ciudadanos españoles nunca han utilizado Internet o por qué 2,2 millones de viviendas no disponen de conexión a Internet (un 13,6% de los hogares españoles).
Fractura digital de género | Fractura digital por edad | Fractura digital por formación |
El 60% de los desconectados españoles son mujeres. | El 47% de los mayores de 65 años no se ha conectado a Internet en los últimos tres meses El 72% de los desconectados españoles tiene 65 o más años | Más del 60% de las personas desconectadas en España no disponen de estudios secundarios |
Fractura digital por nivel de renta | Fractura digital territorial | Fractura digital laboral |
Uno de cada tres hogares (31,5%) con una renta inferior a 900 euros no tiene acceso a Internet (el 99% de los hogares con una renta superior a los 2.500 euros sí que tiene) | 1,12 millones de personas nunca podrán conectarse a Internet mediante la conexión telefónica que les llega. Todavía existen 19.000 núcleos de población en donde la cobertura de su red fija de 2 Mbps no supera el 10% de sus conexiones | Los desempleados usan mucho menos Internet que los trabajadores ocupados, hasta 12,4 puntos porcentuales menos. |
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Las tres brechas digitales
Pero volvamos al tema. ¿Qué es la brecha digital -o las brechas digitales-? ¿Qué se entiende actualmente por fractura digital más allá de poder acceder a Internet? ¿Qué tipos de brecha digital hay?
¿Cuántos tipos de brechas digitales hay?
En 2006, Jakob Nielsen dijo que la división económica no era el problema real, sino que eran la usabilidad y el empoderamiento lo que hacía que una parte de la población se perdiera el potencial de Internet. Nielsen hablaba de tres brechas digitales o tres niveles: brecha económica, brecha de usabilidad y brecha de empoderamiento.
¡Sorpresa! La brecha digital son 3 brechas: brecha económica, brecha de usabilidad y brecha de empoderamiento
Desde entonces, todos los estudios sobre brecha digital coinciden en estas tres dimensiones de la brecha digital llamándoles por nombres más o menos parecidos. Últimamente, y a raíz de la crisis actual de la Covid-19 han salido un para de estudios muy interesantes:
En primer lugar, un estudio de la fundación COTEC para la innovación, Covid-19 y educación II: escuela en casa y desigualdad (mayo 2020), sobre el estado de la brecha digital en alumnos, profesores y escuelas a partir de datos de PISA 2018 y muestra cómo de preparado está el sistema educativo español para hacer frente al cierre de los centros.
También es interesante una investigación impulsada por la Taula d’Entitats del Tercer Sector Social de Catalunya a través del proyecto m4social, y elaborada por la Fundación Francesc Ferrer i Guàrdia sobre la Brecha digital en las personas atendidas por entidades sociales (marzo 2020), con datos del INE.
¿Cuáles son las causas de la brecha digital?
A continuación te voy a aclarar un poco más en qué consisten estas tres dimensiones de la brecha digital. Las brechas de acceso, de uso y de calidad de uso.
Brecha de acceso
La brecha digital de acceso es una brecha de potencialidad. Sería tener capacidad o no, (ya sea económica o de otro tipo) de acceder a las redes de banda ancha y a los dispositivos necesarios. Pero acceder a Internet no es suficiente.
El 91% de la población tiene acceso a Internet, pero solo el 81% tiene ordenador, el otro 10% tienen solamente móvil. Esto sería un tipo de brecha de acceso.
Estamos hablando de riqueza o pobreza digital, que va más allá de la económica (pero muy relacionada). También incluye el caso de poder pagar una conexión wifi y ordenador pero no tener ningún interés en hacerlo.
Los niños y adolescentes que viven en hogares en situación de pobreza se enfrentan a importantes barreras debido a esta brecha económica. Tienen dificultad en el acceso a Internet y a dispositivos para poder realizar las actividades educativas en esta situación actual de confinamiento y para prepararse para su futuro. Sobre esto, vale la pena leer el documento Brecha Digital y Pobreza Infantil (abril 2020) del Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil.
La brecha de acceso no solamente es un tema económico (o no directamente); por ejemplo el 43% de la comunidad gitana no tiene conexión a la Internet, según la fundación Secretariado Gitano de Madrid. Muchas veces también está relacionada con una brecha digital geográfica (países ricos versus países pobres) o una brecha digital cultural o una brecha digital de género.
Brecha de uso
La brecha digital de uso es la falta de habilidades y competencias digitales para saber manejarse con Internet y los dispositivos. Está muy relacionada con la diferencia generacional (personas mayores), pero no solamente eso. También influyen otros factores: culturales, de género, de motivación, de tener alguna discapacidad, baja alfabetización, de disponer de tiempo libre, etc.
Para estas personas la tecnología sigue siendo tan complicada que no podrían usar un ordenador incluso si obtuvieran uno gratis.
Esta brecha de uso se retroalimenta con la de acceso en el sentido de que si no sabemos usar internet posiblemente no tendremos interés en acceder a ella y si no tenemos acceso, difícilmente adquiriremos las habilidades digitales necesarias.
La brecha generacional
La brecha de uso por edad es cierta, pero debemos intentar reducirla. Tal como dice Leopoldo Abad en su libro de 2017, Alfabetización mediática para la e-inclusión de las personas mayores, “Una de cada cuatro personas (en 2020) tendrá más de 65 años. Ellos son el futuro de nuestra sociedad”. En este caso, la motivación personal es la clave para reducir esta brecha.
Por otro lado, tenemos a los nativos digitales, que han nacido en la era de Internet y han estado expuestos en la tecnología digital toda su vida. Sin embargo, por mucho que sepan usar Instagram o TikTok no significa per se que sepan aprovechar las oportunidades. Veremos en la tercera brecha que tener habilidad digital no es condición suficiente para no tener problemas. Por ejemplo, según un estudio de The International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA) de 2018, solo el 2% de los estudiantes de 13-14 años es capaz de evaluar críticamente la información que encuentra en Internet.
La diferencia generacional puede influir en la curva de aprendizaje, la reticencia y la aceptación de la tecnología, pero no corresponde exactamente a la edad sino al individuo y sus motivaciones.
Brecha de calidad de uso
Esta tercera dimensión es importante y sin ella no podemos entender qué es esta brecha actualmente. La brecha de calidad de uso se refiere a la capacidad de usar las tecnologías e Internet para obtener beneficios sociales, políticos, culturales o económicos en el mundo “real”, fuera de la red. Un ejemplo: durante la pandemia ha sido una clara brecha tener o no la competencia de saber comunicarse y colaborar en entornos digitales.
Aquí es donde vemos que saber chatear, hacer stories de Instagram o jugar al Fortnite no es suficiente para ser competente digital. Hace falta usar Internet para empoderarse y para sacar provecho o utilidad de su uso. Factores como la educación, el entorno social, nivel de estudios o género condicionan esta brecha de calidad de uso.
Es la brecha más difícil de resolver. Muy pocos usuarios realmente entienden el poder que las tecnologías digitales pueden darles más allá del entretenimiento.
En cuanto a competencias digitales, el nivel básico sería para cerrar la brecha de uso, pero para la brecha de la calidad de uso hace falta ir un poco más allá en la alfabetización digital y querer formarse y estar al día. Para ello hace falta invertir en formación en competencias y habilidades digitales.
Respecto a los nativos digitales, hace falta que se convenzan de la necesidad de ir un paso más allá y no quedarse en la superficie. Este es realmente uno de mis intereses principales al escribir este blog. Si te interesa a ti también, te animo a seguirme en mi viaje y a intentar reducir entre todos la brecha digital (o las brechas digitales).
Me ha gustado mucho tu artículo, son conceptos no desconocidos pero que muchas veces no reflexionamos sobre ellos
Gracias, Ainhoa 🙂
Gracias por compartir conocimiento
Tenemos tanto que aprender….. 🙂
Seguiremos la pista a estos posts que tanto nos aportan
Saludos y buen día
Gracias, Fini, por tus comentarios y tu fidelidad al blog 🙂
Agradezco también la difusión que haces. Si piensas que puedo ser de ayuda en algo, dímelo.
Muchas gracias por este fantástico artículo de blog.