¿Qué sabe Google de ti? Google sabe muchísimo de ti. La vida actual deja huella digital queramos o no. ¿Sabes que puedes aprender a controlar tu huella digital e identidad digital de manera que beneficie a tu reputación online? 🕵️♀️
Qué es la huella digital
La huella digital es nuestro rastro en Internet, es decir, todos los datos que dejamos en los servidores de la web a partir de nuestra navegación y las actividades que realizamos en ella forman nuestra huella digital. En cuanto a identidad digital podemos decir que es la información sobre nosotros que se puede encontrar en Internet y que afecta positivamente o negativamente a nuestra reputación online.
Hoy en día es imposible no dejar huella digital aunque seamos meramente espectadores pasivos. Si solamente navegas y buscas en Google sin generar contenidos propios (imágenes, comentarios, opiniones, vídeos) también estás dejando un extenso rastro digital. Si además tienes un blog, participas en las redes sociales, subes fotos o realizas transacciones, entonces la huella digital es mayor y tu identidad digital será fácilmente visible.

La huella digital: tus datos dejan rastro
Algunos (o bastantes) de estos datos los has proporcionado de forma pasiva e inconsciente. Se trata de datos recopilados por las páginas web o las apps sin que tú lo sepas. Bueno, esto no es del todo cierto. Lo sabes, pero no eres consciente del todo. En todos los sitios web se generan cookies, pequeños ficheros con código, que son las responsables de hacer el seguimiento de tu actividad.
En algún momento, al entrar en una web, has dado el consentimiento para que lo hagan. No acostumbramos a leernos la política de privacidad, la letra pequeña que nos dice qué datos se guardan. Seamos realistas, tampoco podemos negarnos si queremos acceder a la información y a los servicios que ofrecen estas páginas.
Algunos de los datos que se están guardando sobre ti pueden ser: las páginas que visitas, tu ubicación GPS, lo que compras, lo que te gusta, tu dirección IP, nombre de usuario, tipo de dispositivo que usas, preferencias de navegación, qué amigos tienes, etc. Muchas veces toda esta información sobre ti la tiene Google, Amazon, las redes sociales que usas, … Y puede que también terceras empresas a las que han vendido los datos para que te puedan hacer campañas de publicidad (has dado consentimiento en algún momento, sí). Como se acostumbra a decir, en Internet, si un producto es gratis, el producto eres tú (o tus datos).
Para que te hagas una idea, Google sabe dónde has estado y muchas cosas más. Puedes exportar tus datos para mirarlos con calma.
También hay en Internet datos sobre tique han generado terceras personas, por ejemplo, etiquetando una foto o citándote en un comentario. Sin embargo, muchas veces también decidimos proporcionar datos personales de forma activa, deliberada y consciente. Por ejemplo si nos registramos en algún servicio o aplicación.
Tu huella digital: ¿Sabes lo qué dice Google de ti? ¿Te identificas con ello?
Como controlar tu huella digital
Ya has entendido que buena parte de la huella digital se genera de forma inconsciente. Si queremos llegar a controlar mínimamente (hasta un nivel aceptable) los datos que vamos generando por Internet mientras navegamos podemos seguir algunas recomendaciones partiendo de la premisa que para disfrutar de los servicios de una navegación y unos servicios casi gratuitos nos veremos obligados a ceder algunos datos.
- Lee las políticas de cookies y políticas de privacidad, antes de aceptar. Es un rollo, lo sé, pero sabrás a lo que te comprometes también en temas de seguridad. ¿Cuántas apps de tu móvil tienen permisos para usar tu cámara o enviar e-mails, por ejemplo?
- Bloquea o borra las cookies, sabiendo lo que implica. Sin cookies puede ser que algo no funcione o que la web no te recuerde. Muchas veces “debemos” aceptarlas para continuar. Lo que sí se puede es, desde el navegador, bloquear las cookies de terceros.
- Configura todas las opciones de privacidad que te permitan las redes sociales para que tus datos no salgan de ellas.
Identidad digital: tu información visible
Los datos de la huella digital pueden ser interpretados y se convierten información visible que habla de ti de forma directa o indirecta. De alguna manera, la información en Internet siempre es visible por alguien o algo. Esta información en forma de datos o metadatos será visible por las máquinas, por ejemplo para mostrarte publicidad enfocada en lo que llamamos big data.
Nos podemos encontrar que sea información deliberadamente pública, por tanto visible por las otras personas a través de buscadores como Google, En las redes sociales queremos compartir información sobre nosotros. Cada día explicamos nuestra vida, compartimos nuestras fotos, y la información se queda en los servidores de estas empresas (que sí, que tienen permiso porque lo has aceptado). En todo caso, son informaciones que, en principio, hemos puesto en Internet para que sean vistas. No debería haber ningún problema… ¿O sí? Ya veremos.
En cualquier caso, la información sobre nosotros que se puede encontrar en Internet afecta a nuestra intimidad, privacidad y reputación online. Concretamente, la reputación online (opinión, idea o concepto que la gente tiene sobre tú a partir de lo que ve en Internet) puede salir seriamente dañada con una identidad digital fuera de control.
Mi objetivo, y espero que a partir de ahora también el tuyo, es ser consciente de mi identidad digital e intentar influir en ella para que no afecte negativamente a mi reputación online. Y no solo esto, sino que afecte positivamente. Gestionar la identidad digital es una de las competencias digitales básicas que todo el mundo debería desarrollar.
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Quien eres “hoy” en Internet
¿Qué sabe Google de mí o de ti ahora mismo? Bueno, además de los datos que ya hemos visto antes, si alguien te busca en el buscador, ¿sabes que encontrará? Este “ejercicio” de investigar sobre uno mismo se llama egosurfing, y es tan fácil como poner tu nombre y apellidos (o el de tu empresa) en el buscador de Google. Si tu nombre es común (García, Fernández, Gómez) o coincide en parte con algún famoso, te aconsejo que lo pongas entero entre comillas o uses alguna de las estrategias para buscar en Google para centrar la búsqueda. Por ejemplo, si te llamas Juan Gómez, mejor filtrar con una búsqueda tipo:
juan gomez -"gomez-jurado" -gomezjurado

Esta es la primera impresión que alguien que te busque en Internet se va a llevar de ti. Tu identidad digital, tu identidad online. Después, te buscará en Facebook, Twitter, Instagram, … Y si tienes el perfil público en estas redes sociales va a encontrar mucha información. ¿Te gusta la imagen de conjunto que estás mostrando? ¿Qué pensarían un empleador, una posible pareja o un futuro socio si te buscaran?
Qué identidad digital quieres mostrar
Vamos a ver cómo podemos influir en estos resultados y a construir tu reputación en Internet. La reputación online es la opinión que tienen los demás de tu identidad digital. Y la opinión se la van a llevar con el ejercicio del apartado anterior. Antes de construir la identidad digital tienes que planificarlo y decidir qué quieres contar y cómo quieres presentarte.
Pero además, puede ser que quieras tener diferentes “marcas” o identidades en Internet. Un escenario muy posible es que quieras separar tu marca personal de tu marca profesional, e incluso tener también una identidad anónima. Cada una de las identidades sería mostrada en entornos distintos a públicos distintos con unos objetivos particulares para cada una.
No estoy hablando de múltiples personalidades, sino de separar de forma consciente lo que se publica, dónde se publica y cómo se publica. Un ejemplo es la imagen (su reputación online) que ofrecen los adolescentes en Instagram, dónde suelen tener un perfil público y uno para su grupo cerrado de amigos. Te puede ayudar tener diferentes alias y diversas cuentas de correo para cada una de las identidades, así como un dominio e Internet con tu nombre (imprescindible). Si quieres un dominio y/o un hosting propio, te aconsejo trabajar con profesionales como Webempresa.
También hace falta una estrategia clara en cada red social así como pensar con detenimiento antes de publicar algo. Finalmente, haría falta analizar y monitorizar periódicamente (mediante egosurfing) el estado de tu identidad digital.
Nota: Sea cual sea tu identidad, en Internet se debería actuar siempre con educación y no aprovechar el anonimato para comportarse de maneras que no consideres correctas.
Aprende a construir tu identidad digital ¿Sabes que se puede controlar lo que dice Google de ti?
El Visitante Digital
Ejemplo de estrategia digital
Toda esta estrategia de presencia en Internet es algo muy personal que se puede ir perfilando y modificando con el tiempo. Voy a contarte mi receta, que no es la única ni quizás la más correcta, pero te puede dar alguna idea.
Detrás de la marca El Visitante Digital, hay un dominio propio y un blog (este). También tengo una página de Facebook, una cuenta de Twitter, perfil en Instagram y en Pinterest. Alguna cosa más, pero esto es lo importante. No lo escondo, pero normalmente no asocio esta identidad digital con mi identidad real. El público para esta identidad digital eres tú y mis otros visitantes. Aprovecho para sugerirte que te suscribas al blog, te prometo cero spam 😉
Yo tengo una marca profesional alrededor de mi nombre y apellidos reales. Para mi identidad profesional tengo un dominio propio minombrecompleto.com, un email con ese dominio, cuenta de Twitter, perfil en LinkedIn y un blog. Mi identidad o marca profesional está destinada a clientes, proveedores o posibles futuros empleadores. Es la que fundamenta mi reputación online profesional.
Tengo también un perfil personal. Uso una dirección de Gmail, un alias o alter ego que uso desde hace muchos años y que todos mis amigos conocen. Intento no publicar mi nombre completo para que cuando alguien me busque en Google solamente salga lo profesional. Tengo Instagram y Facebook. Está destinado a mis amigos y familia.
Finalmente, por si fuera poco, sigo a veces una estrategia más anónima. Tengo una cuenta de Hotmail o una dirección temporal de correo y uso un nombre ficticio para registrarme en ciertos sitios. Reconozco que alguna vez incluso he usado caras de gente que no existe.
Todo esto te puede dar ideas para pensar en tu caso. Reconozco que el mío es un caso complejo (y rebuscado, lo admito), pero me funciona. Tienes que encontrar cómo estás más cómodo. Dependerá de tu trabajo y tus intenciones. Hay mucha gente que no separa las identidades personal y profesional ni su marca, y les va muy bien.
Pero y si no te gusta lo que “ahora” sale en Google
Vale, imaginemos que ya has reflexionado y a partir de ahora vas a hacer las cosas de forma consciente. Pero hemos visto con el egosurfing que probablemente no partimos de cero y ya hemos dejado mucha huella en Internet a no ser que seas muy joven (o muy viejo…). ¿Qué se puede hacer?
El rastro en Internet no es fácil de borrar, es mucho mejor prevenir. Pero algo sí que se puede hacer.
Puedes pedir al propietario de la web que está indexada en Google y que sale en las primeras posiciones que modifique o borre tus datos. A veces es posible si es un bloguero una empresa pequeña.
Si es un resultado de redes sociales, o contenido propio, puedes modificarlo tú mismo o cambiar la privacidad para que no se muestre. En cada una de las redes sociales se incluye un formulario de solicitud de borrado del contenido.
Si lo que aparece en Google es un listado (clasificaciones en carreras, temas administrativos, …) no vas a poder borrarlo. Tampoco si es algo muy antiguo y nadie te responde. De hecho, es bastante difícil que terceros te hagan caso y borren y pidan a Google que no indexe el contenido.
También hay posibilidad de pedir que sea el mismo Google el que elimine tus datos. Después de un fallo judicial de 2014 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea existe la posibilidad de que los usuarios soliciten que Google elimine resultados de consultas que incluyan su nombre si esos resultados se consideran:
“Inadecuados, no pertinentes o ya no pertinentes, o excesivos desde el punto de vista de los fines para los que fueron tratados”.
Sentencia del Tribunal De Justicia de la Unión Europea de 13 de mayo de 2014
Es lo que se conoce como “derecho al olvido” y Google tiene la decisión final y además solamente los oculta si se busca por el nombre, o sea que no se borran. Creo que no vale la pena este camino, ahora te explico por qué.
El mejor sitio para esconder un cadáver es la segunda página de Google
Dicho popular de Internet
Efectivamente, hay una solución mejor: Esconder la basura bajo la alfombra 😉 Hay una frase popular en Internet que dice que “El mejor sitio para esconder un cadáver es la segunda página de Google”. Parece ser que más del 90% de los clics de las búsquedas en Google se quedan en la primera página de resultados (10 resultados). Esto quiere decir que si generamos buen contenido, actualizado, en sitios con mucha autoridad (Twitter, LinkedIn por ejemplo), las entradas sobre nosotros que no nos favorecen, que no están en línea con nuestra identidad digital o que dañan nuestra reputación online van a perderse en segundas y terceras páginas de Google y van a ser virtualmente invisibles.
Posicionar el nombre propio, salvo que tengas un nombre super común, suele ser bastante sencillo 🙂 Yo eso lo he tenido bastante en cuenta a la hora de ir creando mi marca personal.
Hay gente que prefiere no aparecer para nada en la red… Personalmente, yo sí que tengo idea de dejar toda la huella posible. Al fin y al cabo, quien sabe qué quedará de nosotros cuando nos hayamos ido.
Habéis dado unas pautas bastante buenas sobre este tema.
Gracias por el comentario Raquel. Yo diría que de “Raquel Garcia” debe haber unas cuantas, te salva el Arévalo 😉
Tienes razón en que cada caso es un mundo, por eso he contado “mi” receta.
Saludos, nos vemos por aquí, vuelve cuando quieras 🙂
Gracias por los apoyos tecnológicos, son grandes avances para bien de la humanidad….cuando esta en buenas manos….pues también hay intereses de personas y organizaciones que destruyen. De cualquier forma muchas gracias por tanto avance Tecnologico.